jueves, 19 de julio de 2012

Amor hi-tech

Tenía perfectos pechos redondos. Piernas suaves y largas, perfectas. Su boca era la entrada al cosmos rojo de sus labios perfectos. Sus ojos abiertos al asombro, eran perfectos y su cintura era perfectamente pequeña. Sus contorciones y movimientos perfectos nacían en mis deseos y vibrábamos hasta el amanecer. No necesitamos amoldarnos a ningún preconcepto porque estaba diseñada para mí, así de perfecta era. Una noche de amor irrefrenable y entregado a ciertos excesos, decidí experimentar con helio y escapó por la ventana. Por la mañana un vecino me aviso que estaba enroscada en los cables de alta tensión. Lucía perfecta, delgada pero perfecta.

Amor adolescente.

Ellos habían consensuado hacer el amor por primera vez tras un fogoso debate sobre intereses y prejuicios. De inmediato, el joven se sumerge en el mundo instantáneo de la pornografía. Su desvelo era ofrendarle una maestría de amor. Ella lo consultó con su madre. La lluvia de la siesta los acompaño hacia el lugar oportuno. El dejó evidencias de su remolino de pasión. Ella le cobro doscientos pesos.

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