domingo, 18 de noviembre de 2012

Espasmos de domingo a la madrugada:


Mi barrio

Pichincha es un barrio místico donde habitan señoras que interpretan el significado de los surcos en las manos de las personas. Otras, develan la vida a través de la borra del café en el fondo vacío de una taza. También vaticinan sobre el significado de las cartas según van quedando expuestas en la mesa. Incluso, hay cierta pitonisa que dice ver el porvenir en los pliegues del agua previamente vertida en un vaso, pero la más exitosa, la celebridad, tiene una placa de bronce en la puerta de su consultorio. Esa es la que lee los sueños.


Amor adolescente.

Ellos habían consensuado hacer el amor por primera vez tras un fogoso debate de intereses y prejuicios. Inmediatamente, el joven se sumerge en el mundo instantáneo de la pornografía. Su desvelo era ofrendarle una maestría de amor. Ella lo consultó con su madre. La lluvia de la siesta los acompaño hacia el lugar oportuno. El dejó evidencias de su remolino de pasión. Ella le cobro doscientos pesos.


Liberado.

Frente al pelotón de fusilamiento, el capitán le otorgó un último deseo.
-¡Quiero ser libre!- Gritó el reo con todas sus fuerzas y así fue, después de los disparos, fue un cadáver libre.


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