viernes, 8 de febrero de 2013


Carnaval de palabras.


Plaza Pringles

Caminó por la vereda diagonal y se sentó en uno de los bancos de madera frente a la fuente. Metió la mano en el bolsillo del sobretodo y sacó unas semillas. Las esparció por el piso de baldosas geométricas, de inmediato se arremolinaron palomas a picotearlas. Dos, tres veces repitió lo mismo. Las palomas se tornaron gordas y negras, como cuervos y devoraron las semillas. Tres, cuatro veces más, ahora del otro bolsillo y los cuervos fueron buitres ingratos que no dejaron rastros del viejo porque se comieron hasta el sombrero.



Interpretación

Dios aprieta pero no ahorca. Para terminar con esa medianía, es que se inventó la guillotina.

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