domingo, 23 de febrero de 2014




Soy mi fraude.

Todo éste tiempo he estado engañándome a mí mismo, lo descubrí por causalidad cuando en un descuido deje abierta la página de Facebook. Ahora me siento traicionado, creo desconocer a la persona de la que siempre estuve seguro. Aunque me he juramentado que no volverá a ocurrir ya no puedo confiar. No sé en qué momento pasó porque no me di cuenta de nada, ni una mínima sospecha. Acá no hay camas separadas ni me voy a otro lado, debo convivir conmigo mismo y no creo tener la solvencia moral para aceptarlo. Debió ser la rutina, la falta de intimidad o la curiosidad por la adrenalina del engaño. Entonces, tomé coraje y enfrente la situación. Me paré frente al espejo y lo miré en lo profundo de su ser. Me devolvió una imagen tipo foto carnet, bastante fajado por el paso del tiempo. Dialogamos sin hablar. Entre reproches y desconfianza, siento que lo he perdido aunque, con dolor, me confesó que no podría vivir sin mí y creo que tampoco yo sin él. Pactamos darnos un tiempo, pero juntos, eso es inevitable. En lo inmediato me suplicó que dejara  Facebook y le respondí: Me gusta.

8 comentarios:

  1. Vaya, tu yo, ese desconocido que se marcha con cualquiera...
    Abrazos, siempre

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  2. Durmiendo con tu enemigo... ;-) A mí también me gusta!!! Saludos

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  3. Durmiendo y... viviendo. Gracias por pasar eRRe. Tu blog es precioso. Saludos.

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  4. pasa en las mejores familias :).
    Me gusta tu blog. Gracias por visitar el mío.

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    1. Gracias Ulla, el tuyo también es muy querible e interesante. Saludos.

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