domingo, 2 de octubre de 2016


Los siguientes textos, pueden herir la susceptibilidad del lector.



“Recuerdo de Luján”

Me acosté temprano, tipo doce, pero demoré en dormirme. Me revolcaba en la cama hasta que todo se oscureció, cómo que se apagó la luz en la tiniebla que ya ejercía. Entonces me di cuenta que llegue tarde a un sueño que estaba ocurriendo en mi cabeza, les explico: Era una enorme pompa de nylon traslúcido donde, personas allegadas a mí, de distintas épocas y circunstancias, charlaban animados. Una de ellas, mi amor imposible. Estaba preciosa. Comentaba que hoy sí, hoy mismo me confesaría que me ama locamente y lo dejaría todo por mí. ¡Carajo…! Y yo acá afuera, orbitando la nebulosa, rasguñando la ampolla onírica, desencajado. Flotando en el líquido amniótico fluorescente, ajeno, lejano. Sin poder participar de mi propia fiesta. Intenté pinchar el globo, despertar para que comience de nuevo, pero no tuve la suerte que siempre ayuda en estos casos. Abatido, me deje abducir por el sueño. Al levantar los párpados con las primeras luces del día, la veo, fosforescente. La burbuja con la virgen del Luján en la mesa de luz.


Prospectiva

¡Cuidado! El amor puede ser el efecto secundario de algo más peligroso.


Hábito

De tanto, tanto, tanto mirar la tele, a los seis años se me cayeron los ojos, pero porque eran de leche.

No diga que no le avisé

Apure a leer este nanorrelato porque es biodegradabl…


Osho en uno: Autoayuda para golfistas.



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